martes, 14 de diciembre de 2010

Succión en el recién nacido


La forma anatómica de la cabeza del recién nacido, que es más bien redondita (a diferencia del adulto en que es alargada), le permite apegarse al pecho materno con su nariz, boca y mentón para alimentarse y respirar simultáneamente, de esta manera puede hacer un buen masaje al pecho materno y sacar la leche necesaria para un óptimo desarrollo nutricional, mental y emocional.



Consejos para un amamantamiento correcto:

  • Antes de amamantar es necesario sacar unas gotitas de leche para cubrir pezón y aréola, esto ayuda a proteger el pezón (evitando las grietas de pezón) y además permite que el bebé “olfatee” el olor de la leche y del pezón y lo guíe hacia el pecho materno. 
  • Para que el niño se acople correctamente al pecho materno, la mamá necesita estimular con su pezón el labio inferior del niño, activando el reflejo de búsqueda que va a provocar que el bebé abra su boca buscando el pezón, este es el momento preciso para que la mamá lo acerque a su pecho y así el niño introduzca pezón y aréola dentro de su boca. 
  •  Es importante observar que el pezón quede sobre la lengua y que el labio inferior muestre su parte interna para lograr un buen acoplamiento con el pecho materno. El niño alarga su lengua sobre el labio inferior para hacer masajes a la aréola y al pezón apretándolo entre su lengua y su paladar como si fuera una cuchara que le transporta la leche hasta su faringe. 
  • Si la lengua no se ve o el bebé coloca su labio hacia adentro, retire al niño del pecho y ubíquelo nuevamente apoyando primero su barbilla y después boca y nariz junto a su pecho. 
  • Mientras estamos dando pecho podemos ver como se inflan las mejillas de nuestro niño y escuchar como traga, lo que nos demuestra que lo estamos haciendo bien. 
  • Las primeras succiones son muy frecuentes para estimular la producción y la salida de la leche, pero después se hacen más lentas y rítmicas, con momentos de descanso, para retomar después de unos segundos estos movimientos de succión. 
  • La correcta posición de la lengua del niño al mamar va a permitir un buen desarrollo del paladar y una buena ubicación de los dientes del niño, lo que le permitirá más adelante una buena pronunciación y un correcto lenguaje. 
  • Los movimientos que el niño hace con su lengua y mandíbula mientras se alimenta del pecho materno, le permite desarrollar correctamente su músculos de la cara, del cuello, de la nuca y de su columna cervical. 
  • Un buen acoplamiento de la boca del niño al pecho materno disminuye los riesgos de grietas de pezón
La mayoría de las veces, el bebé succiona correctamente desde que nace, otros necesitan ir aprendiendo con la práctica diaria, se necesita mucha paciencia y sobre todo pensar en las tremendas ventajas que la leche materna les entrega y en la gran satisfacción que sinten las mamás al ver crecer a su hijo sanamente.

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